Cónclave, fumata y tradición: el riguroso proceso para suceder a Francisco

Con la muerte del papa Francisco a los 88 años, se activó el protocolo del Vaticano conocido como Sede Vacante. Este procedimiento marca el comienzo de una etapa crucial: la elección del nuevo Sumo Pontífice a través del cónclave, una de las ceremonias más solemnes y secretas de la Iglesia Católica.
¿Qué es el cónclave y cómo se desarrolla?
El cónclave es la reunión reservada del Colegio Cardenalicio para elegir al sucesor de San Pedro. Esta votación se realiza en la Capilla Sixtina, en un clima de absoluto hermetismo.
Sólo pueden participar cardenales menores de 80 años, quienes serán trasladados y alojados en la Casa Santa Marta, sin contacto con el exterior hasta que se tome una decisión.
El cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Papa. En la actualidad, 138 cardenales están habilitados para votar, de un total de 252, y una gran mayoría de ellos fueron designados por el propio Francisco, marcando una fuerte impronta en la elección que se viene.
Además, de esos 138 cardenales, 4 son argentinos, que viajan a participar del cónclave, para elegir y también pueden ser elegidos.

Fumata negra o blanca: señales al mundo
Durante cada jornada, pueden realizarse hasta cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. Para consagrar un nuevo Papa, un candidato debe obtener una mayoría de dos tercios. En caso de no lograrlo, las papeletas se queman con una sustancia que produce humo negro, conocido como fumata negra, lo que indica que la elección continúa.
Cuando finalmente se logra consenso, el humo es blanco, la señal de que hay un nuevo Papa.
A partir de ese momento, el elegido acepta el cargo y elige un nuevo nombre. Luego, el protodiácono aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro y pronuncia el histórico: “Habemus Papam”. El flamante pontífice da entonces su primera bendición Urbi et Orbi.
¿Quién puede ser Papa?
Formalmente, cualquier varón católico bautizado puede ser electo, aunque la tradición desde hace siglos dicta que el Papa sea un cardenal. No hay límite de edad. Francisco tenía 76 años cuando fue elegido, Benedicto XVI tenía 78.
En este nuevo escenario, ya se barajan posibles nombres. El italiano Pietro Parolin, el africano Fridolin Ambongo, el asiático Luis Antonio Tagle o el estadounidense Wilton Gregory son algunos de los mencionados. Aunque como dice la máxima vaticana: “El que entra al cónclave como Papa, sale como cardenal”.
La elección del próximo pontífice será determinante para el rumbo de una Iglesia marcada por fuertes tensiones entre sectores reformistas y conservadores.
Tras la huella de Francisco, la mirada del mundo volverá a posarse sobre la Capilla Sixtina y la esperada fumata blanca.
Acá, una infografía con el paso a paso…
