Los antojos no son capricho: Consejos para “engañar” al cerebro y comer mejor

Chocolate a medianoche… pan caliente recién horneado… o algo dulce después del almuerzo…. A todos nos pasó. Pero ¿qué son realmente los antojos? ¿Una simple tentación o una señal del cuerpo?
Según diversos estudios, los antojos alimentarios son una forma de hambre emocional. A diferencia del hambre fisiológica, que aparece gradualmente y puede satisfacerse con cualquier comida, los antojos son impulsivos, específicos y urgentes.
Suelen orientarse hacia alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, sal o grasas, como los snacks, las golosinas o la panificación industrial.
Los expertos coinciden en que no se trata de “falta de voluntad”, sino de cómo responde el cerebro ante ciertos estímulos y emociones. La clave no está en eliminarlos, sino en aprender a gestionarlos.
Qué recomiendan los especialistas
- Frutas como primer recurso: manzana, pera, banana o uvas pueden satisfacer la necesidad de “algo dulce” con un plus de fibra y saciedad.
- Evitar las prohibiciones extremas: permitir pequeñas porciones de comidas “placenteras” ayuda a prevenir atracones y reducir la ansiedad.
- Dormir bien y reducir el estrés: descansar al menos 7 horas por noche y practicar técnicas de relajación disminuye el hambre emocional.
- Tener snacks saludables a mano: nueces, yogures, frutas secas o semillas evitan decisiones impulsivas entre comidas.

Adoptar una alimentación flexible y consciente, sin demonizar alimentos, puede ser el mejor camino para mejorar la relación con la comida.