Edda Cancian, vecina de Embalse, cumplió 75 años y decidió transformar su festejo en un gesto comunitario

En tiempos donde lo individual suele primar, un gesto como el de Edda Cancian, vecina de Embalse, devuelve esperanza. Para celebrar sus 75 años, Edda no pidió regalos, sino una contribución económica que luego destinó íntegramente a una institución de su comunidad.
La propuesta quedó clara en su tarjeta de invitación: “Si estás pensando traerme obsequios, te agradecería considerar una contribución monetaria, la cual será destinada íntegramente a una institución benéfica”.
Así, invitó a unas 30 amigas a compartir una merienda en un bar céntrico de la localidad, y entre todas votaron a qué institución entregar el dinero recaudado. El resultado fue claro: los bomberos voluntarios de Embalse serían los destinatarios.
El momento de la entrega del regalo
El pasado martes, Edda, acompañada por su amiga Alicia Ollen, se presentó en el cuartel de bomberos para hacer entrega del aporte reunido. “Estos son las caricias al alma que nos impulsan a redoblar esfuerzos para cuidar a nuestra localidad”, expresaron desde la institución, visiblemente emocionados por el gesto.
La mayoría de las asistentes al festejo conoce a Edda por el Centro de Jubilados o por su etapa laboral en la Central Nuclear Embalse.
Desde que se jubiló, Edda participa de talleres de natación, memoria y gimnasia. Su consejo: “No hay que quedarse solo. Hay que salir, hablar con los vecinos, sumarse a un grupo. Se hacen lindas amistades y se vive mejor”.
La historia de Edda es simple, pero conmovedora. Un pequeño acto con gran impacto, que deja en claro que la solidaridad también se puede celebrar.