Ingenieros agrónomos piden más obras para evitar la erosión hídrica en el interior cordobés
De acuerdo al Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, en el interior provincial las estadísticas revelan un incremento significativo de las áreas agrícolas productivas con erosión hídrica.
De las 16,5 millones de hectáreas que abarca la provincia, 3,2 millones están afectadas por este proceso. Los departamentos más damnificados son Tercero Arriba, Río Cuarto, Calamuchita y Marcos Juárez.
Desde el Colegio sostienen que con el aporte de los profesionales de las Ciencias Agropecuarias se pueden evitar, e incluso revertir, la mayoría de los procesos erosivos, mejorando significativamente la producción.
La pérdida de suelo, la destrucción de caminos y el aislamiento de localidades son sólo algunas de las problemáticas que surgen con las precipitaciones intensas y un inadecuado manejo del agua y el suelo.
En este contexto, los ingenieros agrónomos son actores claves en la preservación del suelo y la gestión eficiente del agua, lo que significa no solamente proteger los recursos naturales y de infraestructura, sino también mejorar las condiciones productivas de los campos a partir del enfoque de la gestión integrada de cuencas, entendida como unidad de ordenamiento. Esto implica ver más allá del campo para potenciarlo.
Por ello, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Córdoba (CIAPC), a través de la Comisión de Suelos, promueve la profesionalización de la producción agropecuaria en sus diferentes aristas, entendiendo que esto reditúa de manera favorable tanto en lo productivo como en lo social y ambiental.
Suelos susceptibles de erosión
En la región central de la provincia de Córdoba los suelos agrícolas del área de piedemonte se caracterizan por texturas arenosas muy finas. Esto los vuelve débiles estructuralmente, haciendo a sus partículas muy susceptibles de ser arrastradas por el agua. Esta condición natural puede verse agravada por la ausencia de una cobertura vegetal que amortigüe el impacto de la gota de lluvia. La pendiente y las precipitaciones potencian este proceso.
La baja infiltración del agua en el suelo, problema asociado al modelo productivo que requiere mejoras significativas, es uno de los puntos cruciales en materia de conservación de los suelos. La escasez de raíces y el paso de la maquinaria tienden a compactar o sellar superficialmente los suelos, disminuyendo la entrada de agua y favoreciendo los escurrimientos. Todo esto contribuye a la erosión hídrica, generando cárcavas y daños irreparables.
El agua de lluvia debe ser aprovechada por el terreno que la recibe, infiltrándose y enriqueciéndolo. Dicho de otra manera, hay que lograr que el agua quede donde cae.
Pilares de la conservación de suelos
El manejo sustentable de los suelos debe basarse en tres pilares fundamentales a los fines de abordar su conservación: proteger al suelo de la acción erosiva del viento y el agua mediante coberturas; favorecer la entrada de agua en el sistema evitando compactaciones; y retener la máxima cantidad de agua en los lotes mediante la sistematización.
Pero también hay un cuarto pilar: el profesional. Por sus conocimientos y capacidades técnicas, los ingenieros agrónomos son actores primordiales en la conservación del suelo y en la gestión eficiente del agua en la cuenca.
La sistematización de campos con terrazas, la ejecución de prácticas que fomenten la retención del agua en el suelo como el uso de cultivos de servicios, las enmiendas y fertilización, las siembras que corten la pendiente y rotaciones, son algunas variantes para implementar en los predios. No obstante, no todos los suelos son iguales. Por ende, las estrategias para abordar estos puntos varían según el lugar geográfico y el sistema de producción.
La Comisión de Suelos del CIAPC, en conjunto con el área de Teledetección y SIG del Colegio, viene monitoreando la superficie de construcción de terrazas de conservación de suelo en el territorio provincial. Si bien el área sistematizada se ha incrementado en los últimos años, no alcanza para resolver el problema.
La sostenibilidad del sistema agropecuario tiene que ser la norma. Esto es posible profesionalizando la producción. Por ello es fundamental que los productores y las comunidades rurales comprendan la importancia de trabajar en las sistematizaciones prediales, con asesoramiento profesional, para enfrentar los impactos adversos de la erosión hídrica, garantizando la preservación de los recursos naturales y mejorando considerablemente la capacidad productiva de los campos.